martes, 21 de junio de 2011

CAYO LARA NECESITA UN PSIQUIATRA.

"IU necesita un psiquiatra"
Artículo de Juan Carlos Escudier

(Publicado el 21 de junio en PUBLICO)

Haría bien IU en reconocer que lo suyo es de manicomio y hacérselo ver antes de que tengamos un disgusto con el cuchillo jamonero. No hay duda de que estos tíos se han vuelto locos de remate, o si no juzguen el caso: antes de anunciar la abstención de sus tres diputados en la investidura extremeña, IU había conseguido que socialistas y populares asumieran sus exigencias de cambio en la ley electoral regional, una reforma fiscal para que los grandes terratenientes paguen más y se recupere el impuesto del Patrimonio, una ley de renta básica y el mantenimiento de todos los servicios sociales; decidida la abstención, se satisfacía además el deseo de la inmensa mayoría de la militancia a la que se consultó en referéndum.

En vez de erigir un monumento a la federación de Extremadura, lo que la dirección nacional se plantea ahora es si expedienta a todos o a unos pocos al entender que han causado un daño irreparable a su discurso político por no cerrar el paso a la derecha. ¿Que qué hacían los que ahora piden cabezas cuando Ezker Batua, la sucursal vasca, gobernaba en coalición con el PNV, nacionalista y de derechas, a mayor gloria de Javier Madrazo? Pues aplaudir con las orejas.
 
Sorprende que lo de impedir los gobiernos del PP se haya convertido en un mandamiento que, al parecer, sólo IU debe cumplir. ¿Acaso el PSOE no habría podido impedir la llegada al poder de los populares dando a IU la presidencia extremeña? Dirán que esto habría sido un disparate porque la coalición era la tercera fuerza política, pero basta con remontarnos a 2003 y situarnos en Cantabria para tener otra perspectiva: el PSOE, con 13 diputados, cedió el gobierno a los regionalistas de Revilla (8 diputados) para impedir que el PP, la fuerza más votada con 18 diputados, se hiciera con la Comunidad.

Ni la abstención es un cheque en blanco ni resulta descabellado que después de casi 30 años ininterrumpidos en el machito llegue otro partido y airee la casa, que el ambiente se vicia mucho con las ventanas cerradas. Así lo entendieron los afiliados de IU, antes de que lo urgente fuera encontrar un buen psiquiatra.
 

lunes, 20 de junio de 2011

EL DESCABELLO

Artículo de Eduardo San Martín
(Publicado el 20 de junio en ABC)

Pillado hace unos días entre la espada de la mayoría de la IU extremeña, partidaria de aplicar el escarmiento a un socialismo voraz que le ha ninguneado durante tres décadas, y la pared de los acuerdos federales de «no permitir ni por activa ni por pasiva» gobiernos del PP en ayuntamientos y comunidades autónomas, el bueno de Cayo Lara se apoyaba, sin demasiada convicción, en el muro de las decisiones federales, incapaz de aventurar un desenlace al embrollo cuya resolución ponía a prueba su propia autoridad como dirigente de la coalición.

Así que Lara se la jugó en un último esfuerzo por imponer las resoluciones de los órganos federales, a sabiendas de que estaba obligando a los suyos a elegir entre lo malo y lo peor. Lo malo era el mazazo que para toda la organización suponía la rebelión de una federación contra las instancias superiores de IU; lo peor era la contradicción que suponía anular la voluntad expresada por una mayoría muy cualificada de su franquicia extremeña por parte de una formación que presume, y no sin razones, de ser un ejemplo de democracia interna y descentralización.


Si no se producen sorpresas inexplicables, ganará lo malo y perderán Lara y los suyos. Los efectos que este desenlace tendrá sobre el futuro de Izquierda Unida ya se verán, pero serán siempre muchos menores que los que va a producir en el ánimo de un socialismo en el peor momento de su historia reciente, a quien ahora IU le asesta el descabello que culmina la estocada del 22M.

El PSOE ya sólo gobierna en Andalucía, y eso porque no hubo elecciones allí. Y en lugar de hablar de «pinzas» y otras zarandajas, los socialistas harían mejor en preguntarse qué abusos habrán cometido para que una formación de izquierdas prefiera que gobierne el PP en el penúltimo de sus reductos.

http://www.abc.es/20110620/espana/abcp-descabello-20110620.html


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“NO ME GUSTA LA DECISION ; PERO NO HEMOS PODIDO CONVENCER A LA I.U. DE LOS PUEBLOS".  (Escobar)

Extracto de entrevista de Carlos E. Cué a Pedro Escobar
(Publicada en EL PAIS el 20 de junio de 2011)

Pedro Escobar llevaba casi 15 horas de reuniones tratando de darle la vuelta al resultado de las asambleas de IU, pero al final no pudo y se quedó en minoría.


Pregunta. ¿Qué ha pasado para que IU decida darle el poder al PP en contra de su criterio?

Respuesta. En Extremadura históricamente había caciquismo en torno a la vieja derecha conservadora terrateniente. Y ha sido sustituido en algunos pueblos por una especie de nuevos caciques del PSOE. Muchos gobiernos municipales se eternizan en el poder de manera prepotente, tejen redes de clientelismo. Eso en los pueblos la gente lo ve, se nota quién entra a trabajar en el Ayuntamiento y quién no... Por eso en Badajoz o Cáceres, donde el PP gobierna con mayoría absoluta, la propuesta de los militantes era dar la investidura al PSOE. Pero en los pueblos es distinto.

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P. ¿PSOE y PP son lo mismo?

R. No, a los toros bravos los ves venir, pero el toro manso, si te confías... El PP es el toro bravo, sé por donde viene.
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miércoles, 15 de junio de 2011

I.U. Y EL MIEDO A LA DERECHA

Artículo de Juan Carlos Escudier
(Publicado el 14 de junio en PUBLICO)

La apelación al voto útil de los partidos mayoritarios es un recurso más visto que Quo Vadis, pero en IU, víctima habitual de esa estrategia, deben de sufrir amnesia porque les sigue desconcertando como el primer día. Todo estaba más que cantado. Tras perder 1,5 millones de votos en las municipales, los socialistas se autoflagelaron primero y después, para no seguir haciéndose daño en la espalda, se pusieron a buscar a quién culpar sus desdichas. Llegaron claro a UPyD y a IU, a los que suponen receptores de, al menos, una tercera parte de sus electores perdidos. Para recuperarlos han iniciado una campaña contra ambas formaciones que, básicamente, consiste en presentarlas como cómplices necesarios del PP.

Sin embargo, mientras a los de Rosa Díez les ha resbalado la acusación de que son la marca blanca de los populares, en IU se ha abierto un debate sobre si hay que crucificar o no a los concejales de aquellas localidades que se han negado a facilitar la investidura de alcaldes socialistas, sin conocer siquiera cuáles fueron sus razones e ignorando además que no han faltado casos en los que los socialistas han pagado con la misma moneda.

Está muy bien como teoría general que IU sea la muralla frente a la derecha, como reclama Llamazares, aunque primero hay que tener muy claro de qué se está hablando, ya que una cosa es ser un muro y otra una muleta. Gracias a la ley electoral los votos de IU valen muy poco y valdrán aún menos si, por norma, se regalan al PSOE. Se entiende que los socialistas recurran al miedo a la derecha para atraer electores, pero que IU se suba a ese carro y contribuya a afianzar el bipartidismo es una manera bastante tonta de suicidarse.


El epílogo llegará en Extremadura, donde lo lógico habría sido someter a la consideración de la militancia no ya las tres posibles opciones ante la investidura sino las contrapartidas programáticas que obtendría del futuro presidente. ¿Ignorará ahora la opinión de los afiliados pese a que la consulta no fuera vinculante? Sólo hay una cosa segura: si IU tiene la oportunidad de pegarse un tiro en el pie jamás la desaprovecha.
 
 
http://blogs.publico.es/escudier/852/iu-y-el-miedo-a-la-derecha/

miércoles, 8 de junio de 2011

LA REBELION DE LAS ELITES

El Gobierno, trasponiendo una directiva comunitaria, ha regulado el sueldo de los banqueros tratando de evitar incentivos perversos que animen a los directivos a asumir riesgos que pongan en peligro las entidades. Tardía reforma de un aspecto -los emolumentos de los más altos ejecutivos- que ha causado alarma social a los perdedores de la crisis económica, que son casi todos los ciudadanos: las rentas de los grandes directivos ha pasado en el periodo de la Gran Recesión, como media, de 40 a 400 veces el salario medio.

Entre los analistas no hay consenso en el elemento esencial para explicar el origen de esta crisis: unos afirman que la desregulación de los mercados financieros; otros escogen como culpables las bajas tasas de interés de la Reserva Federal, que incentivaron la toma de créditos y la búsqueda de riesgos elevados para obtener una mayor rentabilidad; los terceros eligen el riesgo moral asociado a la creencia de que las grandes entidades bancarias serían rescatadas en caso de dificultades (como así fue, excepto Lehman Brothers).

Y hay otros que entienden que la crisis fue provocada por quienes persiguiendo su exclusivo beneficio a corto plazo hicieron de las finanzas y del mundo de la empresa un coto privado opaco sin relación con la economía real.

Entre los cercanos a esta última teoría está Alain Touraine, quien en su última obra (Después de la crisis. Paidós) escribe que el comportamiento de los muy ricos, dominado por la obsesión de ordeñar los beneficios máximos, desempeñó y sigue desempeñando el papel principal en la disgregación del sistema social, es decir, "de toda posibilidad de intervención del Estado o de los asalariados en el funcionamiento de la economía".

El sociólogo francés es muy crítico con el enriquecimiento personal de los altos directivos: no existe nada en común entre los golden boys y el resto de los trabajadores, ya que mientras los primeros trabajan para quedarse con los beneficios, los demás demandan subidas salariales del 1% o del 2%.


Lo que caracteriza a la sociedad presente es que las intervenciones masivas de los Gobiernos permitieron la recuperación de los beneficios de los bancos mientras que el elevado paro generado solo disminuirá mucho tiempo después del relanzamiento de las economías. Si no existe más capacidad que la citada de intervención de una autoridad central política que se esfuerce en oponerse a la dominación de los más ricos y en mantener cierta compatibilidad entre los intereses opuestos, ya no puede hablarse de democracia.

Touraine actualiza así el concepto de rebelión de las élites, acuñado hace más de tres lustros por el historiador y sociólogo Christopher Lasch, que define el momento en el que grupos privilegiados de actores económicos y políticos, representantes de los sectores más aventajados de las sociedades, se liberan de la suerte de la mayoría y dan por concluido de modo unilateral el contrato social que los une como ciudadanos. Al aislarse en sus redes y en sus enclaves de bienestar -en su mundo- esas élites abandonan al resto de las clases sociales a su albur, fragmentan los Estados y traicionan la idea de una democracia concebida por todos los ciudadanos.

La rebelión de las élites erosiona el capital social como argamasa que mantiene unida a la sociedad. Existe un acuerdo no escrito entre los ciudadanos, sus élites y el Estado que se ha denominado contrato social. Este contrato, dice Lasch, exige la provisión de protecciones sociales y económicas básicas, incluyendo oportunidades razonables de empleo: un cierto grado de seguridad por el mero hecho de ser ciudadano (la ciudadanía económica). Una parte de ese contrato social contemplaba una cierta equidad: que los pobres compartirían las ganancias cuando la economía crece y que los ricos se distribuirían parte de las penurias sociales en las recesiones.

Krugman ha hablado de "la imprudencia de las élites" en otro sentido pero en la misma dirección: las políticas que han multiplicado el paro y empobrecido a las clases medias fueron abanderadas por pequeños grupos de personas influyentes, "en muchos casos las mismas personas que ahora nos dan lecciones a los demás sobre la necesidad de ponernos serios".

Y al tratar de echar la culpa a los ciudadanos comunes, las élites están eludiendo algunas reflexiones muy necesarias sobre sus propios errores catastróficos.

Joaquín Estefanía.
EL PAIS. (6 de junio de 2011)

lunes, 6 de junio de 2011

EL DISPUTADO VOTO DEL SEÑOR CAYO

( CAYO SE PONE NERVIOSO )

Indro Montanelli decía que los españoles eran unos anarquistas que creían ser comunistas. Recuerdo las palabras del preclaro periodista italiano cuando contemplo el mayor espectáculo de la política española reciente, ese ejército de Pancho Villa, en palabras de uno de sus militantes, llamado IU de Extremadura votando de agrupación en agrupación si prefieren gobierno del PSOE o gobierno del PP. Ese proceso asambleario, donde cada uno vota atendiendo bien a sus ideas, bien a sus fobias y a los agravios del vecino socialista, se ha convertido en un terremoto nunca visto que tiene de los nervios a la dirección federal de la coalición.

En Madrid, ni a Cayo Lara ni a Gaspar Llamazares les llega la camisa al cuerpo. Ellos no piensan que los tiempos estén cambiando, creen que los votantes de IU y del PSOE están en el mismo granero y les da pánico quedarse a las puertas del éxito por culpa del experimento extremeño.


Extremadura convertida en laboratorio de ideas: hartos del modelo vigente, sea socialista, sea liberal, los votantes de IU parecen haber optado por una utopía entre hippie y esotérica: que corra el aire, que los políticos se conviertan en seres puros sin ambiciones personales, que la austeridad sea la ideología dominante. Los jefes nacionales de IU no entienden esta modernidad extremeña y asisten espantados a las decisiones de profetas de luengas barbas, que eligen una abstracción llamada aire fresco con la bandera republicana al fondo.

Extremadura será la tumba de IU o el alba de su renacer.


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